Los fundamentos del Ayurveda se basan en el sistema filosófico de Sankhya, fundado por el gran sabio Kapila. Los antiguos videntes indios veían dos principios básicos detrás de toda vida: la fuerza masculina del espíritu o conciencia pura del alma (purusha) y la fuerza femenina de la naturaleza o energía creativa de la materia (prakrti).
De la unión de estos dos principios surge la creación misma con la conciencia individual, el pensamiento y el yo. El principio femenino de la naturaleza consiste en los tres modos cósmicos (gunas), sattva, rajas y tamas, que representan las energías sutiles que unen el poder del espíritu o la conciencia a la forma externa de la existencia material. Toda forma de vida manifestada consiste en una combinación de estas tres fuerzas. Sattva es la cualidad de la luz, el conocimiento y la armonía. Funciona a través de las cinco facultades sensoriales (oído, tacto, vista, gusto y olfato) y se manifiesta como la mente que busca. Rajas representa la energía, el movimiento y la actividad constante. Opera a través de las cinco actividades sensoriales (habla, prensión, marcha, reproducción, excreción) y se manifiesta como deseo insaciable. Tamas representa la oscuridad, la inactividad y el sueño. Opera a través de las cinco percepciones sensoriales (sonido, tacto, vista, gusto, olfato) y se manifiesta como ignorancia cegadora.
Los cinco elementos y las tres doshas
De las tres cualidades cósmicas (gunas) surgieron los cinco elementos de la naturaleza - éter, aire, fuego, agua y tierra - que se combinan individualmente en el cuerpo humano y luego se manifiestan en forma de los tres principios biológicos básicos (doshas) - vata, pitta y kapha (en el concepto tibetano de viento, bilis y flema). La característica psicosomática individual de un hombre (prakrti) surge en el momento de la concepción en función de qué doshas predominan actualmente en el esperma masculino y en el óvulo femenino. Por tanto, cada persona nace con una proporción única de estos doshas, que representan un código genético individual. A lo largo de la vida, por diversas razones, su representación proporcional se desvía (vikrti) del estado innato original (prakrti), lo que se refleja en nuestro estado mental y nuestra salud física. La conciencia mental, los pensamientos, las emociones, las relaciones interpersonales, la dieta, el ritmo diario, el estilo de vida, la estación del año y el entorno en el que nos movemos afectan a su equilibrio o desequilibrio. Estos tres principios básicos de la vida no pueden considerarse de forma aislada e independiente. Sus funciones están interrelacionadas y son complementarias. El conocimiento de la sede y la acción de cada dosha nos permite reconocer correctamente sus manifestaciones en las constituciones mixtas, que son los tipos psicosomáticos más comunes.
Los tres tipos característicos básicos de vata, pitta y kapha tienen otras siete combinaciones variadas (vata-pitta, pitta-vata, vata-kapha, kapha-vata, pitta-kapha, kapha-pitta, vata-pitta-kapha). Si tenemos un predominio dominante de la característica pitta, entonces somos un tipo pitta. Por ejemplo, si podemos identificarnos por igual con las características de vata y pitta, entonces somos un tipo combinado vata-pitta. Sin embargo, incluso en el caso del tipo combinado, una característica es siempre más dominante que la otra. El tipo equilibrado vata-pitta-kapha es una excepción muy rara. Si, por ejemplo, una persona cuya característica corresponde al tipo vata empieza a mostrar alguna enfermedad, suele ser porque su vata dosha ha aumentado considerablemente. Un exceso excesivo de uno de los tres doshas se manifiesta siempre en un desequilibrio psicológico y en el funcionamiento incorrecto de algunos órganos del cuerpo. Nuestra tarea, por lo tanto, es devolver estas fuerzas vitales a su equilibrio original. Una comprensión adecuada de estos principios psicosomáticos es la clave para llevar una vida sana y equilibrada. Si somos más conscientes de su influencia y acción, podremos prevenir hábitos y estereotipos que más tarde se manifiestan como síntomas de diversas enfermedades.
Tres tipos según las reacciones
El tipo psicosomático se determina muy bien observando las reacciones de una persona ante determinadas situaciones. En Ayurveda se mencionan tres tipos básicos según las reacciones: víctima, agresor y testigo. Para hacernos una mejor idea podemos poner un ejemplo clásico o una anécdota: Hay tres personas sentadas en la sala que representan los distintos tipos corporales de vata (aire), pitta (fuego) y kapha (agua). Entonces entra una cobra. Cuando los presentes la ven, cada uno reacciona espontáneamente de la manera típica de su constitución. El tipo vata se asustará, se sobresaltará y querrá saltar sobre la mesa por miedo. El tipo Pitta mantiene su presencia de ánimo y su rostro. Agarrará el primer objeto que se le presente y se enfrentará al peligro con un arma en la mano. El tipo Kapha se quedará de brazos cruzados y se limitará a gritar al tipo Pitta: "¡Haz algo! Mata a la serpiente!" La reacción humana ante el peligro es un indicador muy fiable para la correcta determinación del tipo psicosomático: vata-miedo, pitta-agresión, kapha-neutralidad.