La salud de ambos sistemas se basa en la salud y calidad de la linfa y la sangre, que está formada por plasma sanguíneo y células sanguíneas.
La sangre (rakta) hace posible la existencia física de la vida, distribuye el calor por todo el cuerpo, oxigena todos los tejidos corporales y da color a la piel. Su principal componente son los glóbulos rojos, que, como portadores de nutrientes y hemoglobina, proporcionan a los tejidos del cuerpo un suministro constante de energía vital. La fuente de los glóbulos rojos es la médula ósea, a la que se asocia el proceso de su reciclaje en el hígado y la filtración de la sangre en el bazo.
El plasma (rasa) contiene glóbulos blancos y fluidos tisulares como el agua, el plasma sanguíneo y la linfa linfática. Se forma a partir de nuestra dieta diaria a las doce horas de ingerir alimentos y proporciona nutrición celular a todos los demás tejidos. En cinco días se convierte en sangre y pasa a formar parte integrante de todas las células del cuerpo. Por lo tanto, hay que cuidar por la pureza y la calidad de los alimentos.
La linfa es un fluido amarillento de composición similar al plasma sanguíneo. Se forma en el espacio intersticial a partir del líquido tisular y circula por los vasos linfáticos como centinela de la inmunidad. Asegura la filtración de sustancias tóxicas en los ganglios linfáticos y luego las drena al flujo sanguíneo. Los órganos linfáticos incluyen el bazo, los ganglios linfáticos, las amígdalas cervicales y nasales, el timo, la médula ósea y el apéndice.
Las recomendaciones para el cuidado de la calidad de la sangre y el tejido linfático se pueden encontrar en el artículo Unirse a la Purga Ayurvédica I. – Linfa y Sangre.